MÁS QUE GANDHI

 Ciertamente Mohandas Karamchand Gandhi fue un pacifista, un erudito pensador que levantó al pueblo indio y lo dirigió hábilmente hasta su independencia.

Nació la India en 1947. Sin embargo, el sueño de Gandhi de una India unida, se quebró ante la división entre hindúes y musulmanes. Esta distancia y posterior quiebre entre dos etnias que habían convivido de forma natural, fue perpetrada por el gobierno británico. Antes de abandonar el territorio oficialmente, mantuvieron una presión suficiente para que existiera la separación. Las reuniones secretas tenían la intención de incitar y promover conflictos y, se acentuó la ruptura, creándose en paralelo el país de la India y el país de Pakistán, no sin un baño incomprensible de sangre entre hermanos y familias mixtas, pues compartían casas y barrios y ciudades que fueron divididas.

El gobierno británico continuó utilizando a Pakistán como otra de sus múltiples colonias. Siguieron ejerciendo el poder. Habían pactado el acceso al mar, a cambio de la creación de Pakistán. El dinoterio llamado «la india» perdió gran parte de su extensión, además de muchas vidas, sólo para garantizar la continuidad del parásito inglés.

Durante el proceso, Gandhi mantuvo un ayuno casi mortal, hasta lograr que cesaran todos los enfrentamientos sangrientos a lo largo del extenso territorio. Pero a pesar de ser un embajador de la paz, falleció el 30 enero 1948 a manos de su propio pueblo. El asesino, fue un radical hindú que lo acusaba de haber consentido la perdida de una parte del país. El anécdota viene dado cuando Gandhi, antes de desplomarse al suelo, todavía puso la mano en la mejilla de su agresor en señal de perdón. Así de grande era su piedad.

Ol Sasha llegó al corazón de las enseñanzas de Mahatma Gandhi, pero alcanzó su propia alma y la totalidad de lo que en ella se encuentra.

 

Mahatma Gandhi era un hombre común, ordinario, dispuesto a protagonizar eventos extraordinarios. Viajaba en transporte público como cualquier otra persona, con toda su humildad y sencillez, y con la pureza del corazón inocente. Pero en un momento dado en su vida, tomó consciencia y exclamo un rotundo -NOOOO-. En su caso, el color de la piel fue el detonante. Lo que consideró una injusticia… que lo desalojaran del vagón de tren en el área de primera clase, obligándolo a trasladarse a tercera, aún habiendo pagado el importe del boleto, hizo que ese abuso de la comunidad blanca en Sudáfrica, fuera considerado como una grave agresión. Si preguntas a Ol Sasha, las agresiones del Sistema contra las personas, es una constante a la que urge poner fin como medida de protección a la dignidad humana.

Mahatma Gandhi no tenía títulos nobiliarios o una gran fortuna. Nunca fue propietario de un palacio. Tampoco tuvo logros artísticos o académicos. No consiguió éxitos científicos, y sin embargo, mandatarios de todos los rincones del planeta le rindieron tributo y reconocieron su fabulosa influencia. Jamás fue el jefe de un vasto imperio, nunca comandó ningún ejército, pero ganó una batalla histórica. Consiguió que los ingleses abandonaran el territorio indio sin derramar una sola gota de sangre. Era miembro de una casta especial de seres humanos. En palabras de Ol Sasha: pertenecía a la realeza del libre albedrío y la determinación de la energía en acción.

En vez de cruzarse de brazos y mirar a otro lado rogando para que otro incidente similar no volviera a alcanzarlo, analizó la situación. Cuestionó las normas que abusaban de las personas de color, sometiéndolos como animales. Decidió combatir, pero desde su primer acto de rebeldía, lo hizo con originalidad y muchas agallas.

Ol Sasha diría que a los ojos de la Declaración de los Derechos Humanos redactada por Naciones Unidas, desde hace sesenta años, a diario la hipocresía se manifiesta de manera tajante, incluso burlesca. La tiranía de las instituciones deja indefensas a las personas.

Prefiero buscar alianzas y nuevos amigos antes que desafiar a un adversario, pero si decido retarlo, será mediante acciones sorpresas inesperadas que lo desconcierten.

Empezó con una acción sumamente desafiante. Por entonces, las personas de color debían llevar un pase identificativo que les daba derecho a circular por las calles. Públicamente, Mahatma Gandhi quemó el suyo. Frente a la policía y periodistas, también quemó los pases de otras personas que seguían sus ideas. Constituyó una declaración de principios y, para la comunidad blanca, un acto de provocación que debía ser silenciado de inmediato.

Así mismo Ol Sasha llama la atención con su Disco EXTENDIDO, como extensión de su filosofía ANARQUÍA DEL ALMA. Desde la música «Rockaware» concebida para la innovación social, quiere hacer saltar la chispa que enciende la hoguera. Las canciones lo erigen como el portavoz de la consciencia que obliga a plantearse dilemas. Desafía las normas absurdas. Alienta la reflexión popular. Invita a los ciudadanos a mirarse adentro, para descubrir sus inmensos tesoros y, desde ahí, activar el alma.

Mahatma Gandhi buscaba proclamar su autonomía e igualdad, respecto a los blancos. Reclamaba justicia a través de actos simbólicos y pacíficos. Si el pase no era obligado para «los blancos», entonces se trataba de una injusticia y quiso eliminarlo. Por eso el documento oficial ardió frente a los policías encendidos de ira y los ojos de los periodistas agrandados por la sorpresa . Así eliminaba la diferencia entre blancos y negros, marcando la diferencia como ciudadano, al enfrentarse a una fuerza poderosa como era el Sistema de entonces.

Gandhi violentó la legislación vigente. Obviamente, fue detenido y encarcelado por quemar el documento propiedad del imperio británico.

Hay lugar para todos en el mundo, siempre que unos pocos no quieran estar por encima de otros, ni tampoco tener más recursos y posibilidades que los demás. El principio de igualdad, si se respeta, favorece el bienestar general. Pero ¿qué gobierno, partido político, multinacional, religión, organismo internacional.. practica esta simple y sencilla premisa?

Gandhi dijo que por su causa, estaba dispuesto a morir. Pero también djo que por su causa, no estaba dispuesto a matar a nadie. De ese hecho se aprovecharon, hasta el punto de agredir despiadadamente a los manifestantes. Mostrar la otra mejilla, después de cada golpe, equivale a una paliza mortal. Se trata de una estrategia, cuyo resultado final es predecible, y es la no consecución de la causa, además del fallecimiento con extremado dolor. La conclusión es que fueron mortificadas miles de personas, pero aún así, los poderosos abusadores no consiguieron la obediencia del pueblo «de color».

Ol Sasha considera que la estrategia de La No Violencia, funcionó en aquella época. Pero nunca será efectiva en un mundo donde los niños crecen con videojuegos violentos y las series de televisión contienen siempre sangre y muerte y tal cantidad de asesinatos, que el valor de una vida humana pierde significado. El odio no desaparece. Tampoco se obtiene respeto por ese acto noble de «dejarse apalear… antes que ser violento». Te seguirán golpeando si no te defiendes.

Ol Sasha canta porque no quiere tener secretos. Es transparente, fiel a sus palabras que convierte en hechos cotidianos en su actividad diaria. Es consciente que hoy el Sistema lastima la autoestima de la población mundial. Pisotea sus dones y talentos, programando a las nuevas generaciones para que sigan actuando como autómatas, igual que sus padres y madres y abuelos. La autoridad, sigue siendo la trampa que se presenta públicamente con diferentes rostros.

Ol Sasha aplaude una sugerencia, se alegra ante una norma razonable, sigue la orientación en forma de invitación. Pero condena cualquier regla o ley que sea irracional y no tenga una explicación convincente. La mayoría son cuestionables, cuando verificas a quién benefician. Demasiada burocracia y muchos disparates en la actual legislación. Canciones como «FALSA JUSTICIA» que se presenta como la primera conferencia musical, son un claro reflejo de la opción de posicionarse con arte, sin violencia, desnudando el acontecimiento y el hecho que demuestra la prisión.

Ol Sasha está de acuerdo con Gandhi, existen leyes injustas, igual que existen hombres y mujeres que practican actos injustos y de carácter codicioso y egoísta, igual que los hay que practican actos nobles de pureza espiritual y honradez intelectual. La verdad, aunque sea presentada públicamente por una sola persona, sigue siendo VERDAD, aunque las personas decidan ignorarla. Añade «Podrán ignorar mi música, evitar mis canciones, desdeñar del contenido de mis interpretaciones, pero a solas, en la intimidad de sus almas, nunca podrán decir que miento o promuevo la violencia».

En la época de la India anterior a su independencia, caminaban en grupo levantando un cartel donde se leía «Somos ciudadanos del Imperio». Me pregunto si la gente se da cuenta que estamos igual que antes… «Somos esclavos del Sistema». También ahora hay ciudadanos de primera y de tercera, pues al participar del Sistema, inmediatamente se obtienen ventajas a los que se adhieren algunas personas como las moscas a la mierda.

Es mejor desafiar al oponente intelectualmente, que atacarlo físicamente, puesto que ante la agresión, se convierte en enemigo seguro y no queda espacio para el diálogo.

Hay bondad en Ol Sasha, ningún interés escondido. Admite que el Rockaware es más grande que todas sus canciones juntas, porque se trata de un movimiento de innovación social que ayuda a que gatee, pero que será capaz de caminar por sí mismo con el aporte de infinidad de otros artistas, que también se levantarán para convertirse en faros de la Sociedad Mejorada. El concepto Nación Global ENERGYS es muy potente.

La estrategia de Ol Sasha Rockaware desconcierta. Se trata de una actividad artística cotidiana, inofensiva, a la que dota de un valor significativo que trasciende en la comunidad, convirtiendo las canciones en himnos y estandartes. Es inusual, y de hecho, muy acertado. Provoca la íntima reflexión sobre la vida y el mundo que habitamos. Obliga a hombres y mujeres a cuestionarse a sí mismos, para revisar sus agendas y sus prioridades. Hay que reconocer que se trata de algo inesperado que alienta positivamente, igual que una ráfaga de aire fresco en el calor del verano.

Negarse a cumplir leyes injustas es un acto valiente y sensato. Gandhi alentó a desafiar leyes injustas, sin combatir, únicamente a través de la desobediencia. El gobierno inglés empezó a ceder, porque esa gran cantidad de personas en las cárceles tenían paralizado al país. La fuerza de obra estaba en prisión. Ganó. Obtuvo una posición provechosa, dado que las minas y fabricas tuvieron que cerrar por falta de personal. Se revocó la ley «injusta» y se liberaron a todos los presos en 24 horas. Su intervención en Sudáfrica, fue el principio de la independencia de la India, lugar al que llegó en 1915.

Gandhi le sacó la lengua al imperio británico y quedó impune. Fue recibido en su país de nacimiento igual que un héroe nacional. Pronto quedó devastado ante la pobreza del país. El Sistema, por boca de los gobiernos, suele pedir tolerancia y paciencia, pero jamás se resuelven las cuestiones más apremiantes, aunque cambie quien gobierna. Se debe a que los intereses generales del poder, están por encima de los gobiernos y los partidos de transito que se alternan las funciones de administración pública. Pero al igual que entonces, se gestionan nada más los intereses de los grupos de poder y las élites, nunca las necesidades de las personas que constituyen la masa de la sociedad civil.

¿Por qué los ciudadanos no exigen la propia administración de la autonomía personal? Me refiero a las destrezas y habilidades personales, ¿por qué el Sistema se empeña en decirle al ser humano, que es mucho menos, de lo que en realidad es? ¿Por qué la educación obligatoria engaña a los niños en las escuelas? Éstas fueron preguntas que Ol Sasha me planteó en uno de nuestros primeros encuentros, hace ya dos años, y, justo después, me regaló un ejemplar de su libro «Creando juntos la sociedad mejorada»… el cuál devoré en apenas un par de días y, confieso: me resultó imposible estar en desacuerdo con sus argumentos. Puedes tomar cualquier página y comprobar por ti mismo lo que digo, seguro obtienes esa misma sensación de luz y verdad danzando en la pista de baile, que de repente se ilumina para mostrar la amplitud del escenario.

El impacto de las melodías y notas y letras de las canciones de Ol Sasha, viene determinado porque no alza la voz para la lucha y la confrontación. Habla de proteger la propia energía, habla de la activación de las almas y la sinergia entre ellas, conviviendo en armonía, independientemente de colores de piel y nacionalidades, estatus social y edades o titulaciones.

Este compositor, cantautor, trovador, representa al ciudadano medio. No proviene de ninguna familia culta. Ha sido siempre autodidacta, emprendedor, visionario. Sabe del dolor de perder lo que más amas, y de lo duro del trabajo arduo. Ha sentido en su piel el rechazo por llegar a los 45 años y comprobar como el mercado laboral lo descarta como pieza que ya no sirve. Conoce las entrañas del poder municipal y los entresijos de la política, tanto como los procedimientos de un ayuntamiento y la organización de Naciones Unidas. Ha viajado y cultivado contacto con distintas culturas y filosofías. Su experiencia y sabiduría proviene de la experiencia propia y la espiritualidad que nos conecta al cosmos.

Gandhi vestía como indio, no como occidental. Su atuendo era el escaparate de su país. No quería que los ingleses le dijeran cómo vestir. Escuchó a la gente más humilde y sin recursos, convirtiéndose en su altavoz. Así mismo Ol Sasha se deja oír para gritar desde el alma enamorada de la vida los aullidos de millones de personas sodomizadas por el Sistema.

Gandhi no quedó impasible, reaccionó. Igualmente Ol Sasha demuestra que la apatía debe ser un acto condenable, pues infringe daño a la comodidad. Es un comportamiento que contamina los sueños de los jóvenes, anestesiados por la tecnología, hipnotizados por la propaganda gubernamental. Famosa fue su «campaña de la sal», por ejemplo. Se puede castigar a quien descarrila un tren o clava su bayoneta contra un inglés imperialista, pero qué hacer con alguien que mueve a multitudes con el estandarte de la No Violencia. ¿Qué hacerle a un cantante que plantea propuestas, en vez de cantar canciones de protesta que alientan a la guerra? El tema musical «VESTIRSE DE GUERRA» es un perfecto alegato pacifista por parte de Ol Sasha.

Gandhi era testarudo. Abogaba por la resistencia activa y provocativa, pero sin violencia de ninguna clase. Eso lo hacía difícil de vencer. Fácil de seguir. Excepto en situaciones donde se hacía evidente lo peligroso de su estrategia que hoy, es totalmente inviable, pues no se infringen palizas. Hoy, simplemente se deja caer un dron sobre ti con la facilidad de un chasquido de los dedos. Un sólo hombre armado con su honradez y un harapo como armadura, desafió al imperio británico. Y… ¿si hubiera cientos de Gandhi’s?…

El día en que de nuevo se aprobaba una ley injusta que denigraba a la población india, Gandhi hizo un llamamiento al país para celebrar una jornada de plegaria y ayuno. El país se paralizó. Nada funcionaba. Era una huelga general, que no se podía condenar como tal, pues apelaba al sentir espiritual de un pueblo gigantesco, dominado por apenas un centenar de ingleses armados. Magistral. Trescientos millones de personas rezando, nada funcionando. Eso se consiguió porque había unidad entre todos los ciudadanos.

El uso de la fuerza desmedida contra un pueblo indefenso es en realidad, una feroz muestra de debilidad. Un acto indecente que no guarda respeto por la vida de los humanos. Quienes ejercen esta fuerza abusiva, ¿son inhumanos?

 

 

 

Mahatma Gandhi suplicó toda su vida por la No Violencia, rogaba para que nadie devolviera el golpe que había recibido. Así es como de repente, se encontró con la noticia de que 1.516 personas fueron asesinadas con 1.600 balas disparadas por la tropa inglesa. ¿Eso fue un castigo justo? Sólo se reunieron en una concentración pacífica en la plaza. La masacre, fue en realidad una ejecución, una lección que quiso infringir el gobierno británico al pueblo indio. Las víctimas tuvieron el valor de aceptar la ira imperialista, la rabia inglesa, todo el odio de los británicos. Fallecieron hombres mujeres y niños ese día, en lo que todavía no era La India. Pero lo paradójico es que sí, efectivamente, la orden de disparar fue del inglés, pero la milicia que dispararon las armas.. todos eran indios nacidos en la India. Esta es la trampa del Sistema, que por garantizarte el sustento salarial y la estabilidad material, tu trabajo empleo actividad laboral, atenta contra la comunidad y las personas indefensas de buen corazón.

Gandhi dijo, literalmente, que ya era hora de que el imperio inglés abandonara la India. Era absurdo que siguieran queriéndose imponer como amos, en un hogar ajeno a ellos, donde no habían sido invitados y tampoco los reconocían como dueños. Para que funcione, es necesario que constantemente se humille a los ciudadanos para mantenerlos controlados. Así sigue operando la fuerza bruta del Sistema (Jefatura Negativa) en la actualidad.

Dijo Gandhi en una reunión oficial «Es hora de que se vayan… porque cien mil ingleses no pueden controlar a trescientos millones de personas, si ellos si niegan a colaborar». Lo que no sabía es que el gobierno inglés estaba pactando en silencio con la fracción musulmana para garantizarse el puerto y acceso al mar, de ahí que exista Pakistán.

Antes de intentar dañar o perjudicar, conviene desafiar la creatividad para encontrar maneras que resuelven conflictos y solucionan situaciones.

Ol Sasha no le diría a la Jefatura Negativa «es hora de que abandonen la presión de su influencia». Alienta a los ciudadanos a empoderarse, mediante sus canciones memorables. Tal vez la música Rockaware consiga reducir el margen de maniobra del Sistema, al no obtenerse la cooperación directa de la población. Si los hombres y las mujeres no continúan sucumbiendo a las trampas del Sistema, será más fácil evitar las guerras. Si no hay personal en las fábricas de armas, y se difunden los principios humanistas que unen y reúnen a las almas que activan su energía, es probable que la influencia del Sistema se apague como la bombilla que se funde.

Ol Sasha muestra alternativas para la acción favorable, pautas y actitudes, conductas y situaciones probables, eventos y acontecimientos fortuitos, todo, con el único propósito de la mejora, que quizás debilitará el poder de las administraciones, pero jamás las dañará deliberadamente. Se reducirá su funcionamiento, hasta quedar obsoletas por falta de uso. Así de simple y efectivo, sin conflictos físicos. Ninguna riña. Cero pleitos.

Este asunto, el de ayer, igual que sucede en nuestra época, va más allá de las leyes y la legislación. Del mismo modo que Gandhi proyectó La No Violencia y una acción pacífica para la no colaboración con el gobierno británico, el mensaje de Ol Sasha empodera a las personas al recordarles su potencialidad, al tiempo que desnuda la realidad de nuestra civilización. No tiene sentido que el 2% de la población mundial ejerza control sobre el resto del 98% de la población mundial. Es incoherente y absurdo, además de lamentable.

La estrategia es tan obvia, tan sencilla y fácil de llevar a cabo que para resumirlo, puede decirse que en el 2% de la ciudadanía planetaria no hay amor y, en el resto del 98% de la ciudadanía planetaria, puede manifestarse la vibración, y darse la cita para la cohesión y la cooperación.

Ol Sasha habla a menudo de la Jefatura Negativa, negativa, porque carece de amor (no disponen de ésta vibración). No tienen empatía, ni tampoco sensibilidad, por eso pueden llevar a cabo las atrocidades que realizan sin ninguna clase de remordimiento. Pero todos los seres humanos, independientemente del credo político y la religión o nacionalidad, disponemos de energía. La energía, en palabras de Ol Sasha, es una combinación de verdad, consciencia, amor, libertad, belleza. En su conjunto, ésta es la dinámica del alma que se convierte en vibración. Basta con armonizar la sinergia de nuestra raza. Saludar la convivencia en unidad e igualdad de oportunidades para todos.

Gandhi tejía su propia ropa para evidenciar que comprar la ropa inglesa era empobrecer al país. «No hay hermosura en la tela más bella y elegante si con ello causa hambre e infelicidad». Llevó hasta su muerte apenas un lienzo cubriendo su cuerpo, con una dignidad majestuosa, respetando el símbolo que representaba. A su visita a una fábrica de ropa en Londres, incluso fue vitoreado por el personal que veneraba su filosofía, aunque perjudicara la rentabilidad de la industria. La idea tuvo más valor que el dinero.

Un pellizco de sal, para derrumbar al imperio británico. Gandhi era muy creativo. Utilizó un elemento natural para evidenciar la tiranía. Caminó más de trescientos kilómetros, hasta llegar al mar, seguido por una multitud que se reunieron para obtener la sal del mar. La extracción de la sal era una actividad exclusiva de los ingleses, una actividad penada por ley. Era el monopolio de la Casa Real. En la India, a causa del clima, se hace necesario conservar los alimentos con sal. Controlar la sal, pues, es controlar el pulso de todo el territorio. No se podía fabricar sal sin la licencia oficial. Licencia que los ingleses no expedían a los indios, por supuesto. Son las artimañas del Sistema. Así se imponen los procedimientos que aprisionan a los ciudadanos. El acto, constituyó la declaración formal de la Independencia para la India. Levantaron las banderas de la «inminente» India, justamente en la fecha del aniversario de la masacre en la plaza pública que se llevó a 1.516 vidas.

Frente a la firmeza militar, el pueblo indio se alineaba, y avanzaba para cruzar las puertas de su libertad. Pero recibían golpes, uno tras otro, entrelazados de las manos sin desanimarse, soportando el crudo dolor. Los uniformados en posición de guardia, conservaban atónitos al pueblo indio. Alzaban sus armas y las dejaban caer con violencia sobre los seguidores de Gandhi y la No Violencia. Las mujeres los recogían del suelo. Limpiaban sus heridas, mientras veían como volvían a sus filas para continuar con su petición de independencia, sin quejarse por el daño recibido. Las ropas se iban tiñendo de rojo, mezclada con el polvo del lugar. Hindúes y musulmanes, juntos, con la cabeza muy alta, soportaban las heridas, sin escapar a la violencia inglesa ejercida bajo la premisa de que no cumplían la Ley. Llegó un momento en que las mujeres se desvanecían, exhaustas, retirando los cuerpos de sus maridos hermanos padres y abuelos. La India se hizo libre, resistiendo la agresión continuada del acero y la crueldad de un poder que los marginaba. No se rendían. No se retiraban. Lo soportaban, y aumentaban las víctimas.


Ol Sasha no está de acuerdo con semejante actitud, que entiende como -pasiva-. Discrepa de Gandhi. Hay que hacer algo concreto, que no sea la pasividad de encajar los golpes, uno tras otros. Hay que reaccionar, sin necesidad de devolver el golpe al Sistema o al secuaz de la Jefatura Negativa. Por eso canta, y seguirá cantando si un día es aprisionado y como Gandhi y Mandela, privado de libertad. Cantará el mensaje «Pueden aprisionar mi cuerpo entre las rejas y los muros altos con alambres electrificados, más nunca lograran aprisionar las ideas del espíritu… mi alma seguirá vibrando, aunque se me aparte de la sociedad». Y… ¿si hubiera cientos de Ol Sasha’s en el mundo?…

La No Violenca fue un concepto también utilizado por el líder de los derechos civiles Martin Luther King. Es curioso que ambos, los dos, personas «no violentas» embajadores de la paz, fallecieran a manos de la violencia.

 

COMO EL SISTEMA SE APODERÓ DE AMÉRICA

Me viene a la memoria cuando Ol Sasha me habló de «otros indios». Señaló que nunca entendió el motivo por el que nunca los llamaron nativos… y añadió, seguro fue para no reconocer que estaban antes y eran genuinos, tenían privilegios arraigados en el territorio.

Hubo un tiempo en que por el lugar que hoy se conoce como Estados Unidos, habitaban los nativos del territorio. Recorrían las extensas llanuras libremente. Se movían de aquí para allá, atravesando ríos y montañas escarpadas. Hasta que un día, se toparon con una cerca de madera que les prohibía el paso. Los nativos la arrancaron, por supuesto. Avanzaron como de costumbre, y fueron tiroteados por los forasteros, recién llegados al lugar.

Pidieron a los inmigrantes, los intrusos, la urgencia de explicaciones. Se les informó con gestos, que ese espacio tenía dueño. ¿Dueño? Exclamaron sorprendidos los nativos.

Se les mostraron los documento oficiales acreditativos. Se les notificó, fehacientemente, que si no estaban de acuerdo (con el robo del lugar), acudieran a los tribunales de justicia.

Esa fue la irrupción del Sistema en América. Los nativos, jamás necesitaron un pedazo de papel. Nunca consideraron la tierra como propia, pues desde épocas ancestrales, consideraban a la Tierra como «suya», es decir, de sí misma… ésto lo señaló con énfasis el gran jefe de la tribu con la dignidad en los ojos, empuñando la pipa de la paz.

Ol Sasha mostró su enojo, relatando los anécdotas de los «otros indios» obligados a ejercer «un derecho» que siempre tuvieron de manera natural. Necesitaban dinero para los honorarios de un abogado pero… ni sabían de leyes, ni disponían de la opción del dinero. Una trampa injusta y cruel, ¿cierto?

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